Luis Suárez Fernández (Gijón, 25 de junio de 1924) es un profesor, historiador y académico español, rector de la Universidad de Valladolid, y director general de Universidades e Investigación durante el régimea sido catedrático de las Universidades de Valladolid (1955-1973) y Autónoma de Madrid (1973-1989), además de profesor emérito de esta última. Ha dirigido la Escuela de Historia y Arqueología del CSIC en Roma. Su línea de investigación gira en torno a la Baja Edad Media, en especial la época de los Reyes Católicos, si bien ha estudiado otros temas como Roma, el Oriente Antiguo o los judíos.
Tras la muerte de Francisco Franco convenció a la familia del general para que preservasen los documentos en un archivo, actualmente propiedad de la Fundación Francisco Franco. Suárez fue uno de los pocos historiadores que pudo investigar inicialmente en ese archivo, lo cual le permitió publicar en 1984 Francisco Franco y su tiempo, una extensa obra en ocho volúmenes. Varios historiadores se quejaron de esta exclusividad. Su entrada biográfica sobre Franco en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, publicado en 2011, suscitó polémica centrada en su calificación del régimen como “autoritario pero no totalitario”, mientras que otros historiadores como Hugh Thomas indicaron que “estaba en lo correcto al señalar que el general era un gobernante autoritario y no totalitario, haciendo uso de la famosa dicotomía de Jeane Kirkpatrick” y que “resulta difícil pensar en alguien que realmente pudiese haberlo hecho mejor que Suárez” ya que “Suárez sabe todo lo que hay que saber sobre el general Franco. Es también presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos.
Casado desde 1956 con Josefina María Bilbao, licenciada en Historia, son padres de tres hijos.

Entre 1981 y 1992 dirigió, junto a José Luis Comellas, Demetrio Ramos y José Andrés Gallego, la Historia general de España y América, en 19 tomos.
*Marc Lipsitch*

Cuando el epidemiólogo y estadístico John Ioannidis, codirector del Centro de Innovación y Meta-Investigación en la Universidad de Stanford, dijo que el COVID-19, además de “una pandemia que se da una vez en un siglo” también podría ser "un fiasco de una vez en un siglo”, causó revuelo internacional. Argumentó que, dada la falta de datos precisos sobre el coronavirus y su acción, las autoridades de casi 130 países habían tomado “medidas draconianas” sin base, capaces de causar más daño al tejido social que beneficio a la salud pública.
Pero otro de los expertos máximos en epidemiología de los Estados Unidos, Marc Lipsitch, investigador y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, salió al cruce de su mensaje.

Lipsitch reconoció que Ioannidis tiene razón en cuanto a la falta de información adecuada de la que disponen científicos y autoridades. “Los Estados Unidos han hecho hasta ahora menos exámenes per cápita que casi cualquier país rico del mundo. Y muchos detalles críticos de la epidemiología —incluidos el número total de casos, el papel de los niños en la transmisión, el papel de la transmisión presintomática y el riesgo de morir de una infección con SARS-CoV-2— permanecen inciertos”.
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